Al destacar que durante su ministerio eclesial nunca permaneció mudo ante la violación de los derechos humanos, el ahora administrador apostólico de la Arquidiócesis de México, Norberto Rivera Carrera, ofreció disculpas a quien se haya sentido ofendido o lastimado por su posición firme.
“Me llevo la satisfacción de no haber permanecido mudo ante la violación de los derechos humanos y divinos de mi madre la Iglesia”, indicó en su carta de despedida, luego de conocer la aceptación de su renuncia de parte del Papa Francisco.
“Lamento si por mi posición firme, alguien se sintió ofendido y lastimado, y una vez más pido humildemente perdón a quien, aun sin querer, haya ofendido”, añadió el ahora administrador apostólico, quien presentó su renuncia al Pontífice el 6 de junio.
FRANCISCO ACEPTA SU RENUNCIA
Rivera Carrera señaló que este jueves “se ha hecho pública la noticia de que el Santo Padre, el papa Francisco, ha tenido la bondad de aceptar mi renuncia como pastor de esta Arquidiócesis Primada de México, y de haber nombrado al Emmo. Sr. Cardenal Carlos Aguiar Retes, como nuevo arzobispo”.
Expresó que sin mérito alguno “de mi parte, el Pastor de nuestras almas, Cristo Jesús, me quiso como guía de esta enorme Arquidiócesis”, y para gobernarla conté con el apoyo de excelentes obispos auxiliares, un gran presbiterio con diversidad de dones y carismas, y un numeroso grupo de diáconos que sirven día a día con generosidad.
Es evidente que a esta Iglesia particular llegan cotidianamente muchos problemas y dificultades, pero es mucho mayor el gozo, la alegría y la santificación que tenemos quienes tratamos de servir a la causa del evangelio, dijo Rivera Carrera.
DA LA BIENVENIDA AL CARDENAL AGUIAR RETES
Dio la bienvenida al cardenal Carlos Aguiar Retes a la Arquidiócesis de México y le deseó de corazón todo bien en el Señor, y que su ministerio episcopal sea fructífero para mayor gloria de Dios Nuestro Señor.
Recordó que durante 22 años de ministerio eclesial siempre contó “con la cercanía y el amor maternal de mi morenita del Tepeyac y el ejemplo de San Juan Diego, a quienes ahora elevo mis oraciones por el nuevo Arzobispo de México”.
Pidió perdón a Dios “por mis debilidades y omisiones. Al final de mis días espero encontrarme con mi Salvador, rico en misericordia”.